Mermelada de Melocotón

Últimamente me he aficionado a desayudar una buena tostada con queso de untar y mermelada, he probado de todas las marcas y sabores, mi preferida es la de higos de la marca Hero, esta riquísima aunque demasiado dulce,  por esta razón he optado por hacerla yo misma, con menos azúcar y con mucha más fruta y la verdad es que vale la pena gastar un poco de tiempo para prepararla, es muy fácil, sencillo y lo mejor es su sabor, no hay ni punto de comparación con las que venden en el mercado. Además las cosas hechas en casa son mucho mas naturales, sin conservantes, sin aditivos y todas esas cosas que suelen llevar los productos industriales, ¡todo lo natural es mucho mas sano y mas  rico!

Además podemos aprovechar fruta de temporada que usualmente es más económica y si a eso le sumamos que vuestro frutero de confianza seguro tiene piezas no válidas para la venta, porque llevan algún golpe o rozadura, pues seguro podéis obtener como he hecho yo, varios kilos de excelente y dulce fruta por muy poco dinero, en este caso he aprovechado unos melocotones buenísimos para hacer esta mermelada,  he tomado la receta de un libro que me gusta mucho: “Los Mejores Postres del Monasterio” de Sor María Isabel, Zaragozana y en la actualidad reside en el monasterio de las madres dominicas de Nuestra Señora del Rosario de Daroca. He hecho algunos cambios, en la receta original se suele usar por cada kilo de fruta 800 g de azúcar, dependiendo de la acidez de la misma, más ácida pues más azúcar, pero yo prefiero poner poca cantidad y así apreciar el sabor de la fruta, de por si los melocotones son ya muy dulces, ¿para que usar mas azúcar?

Ingredientes para 4  frascos de mermelada:

3 Kilos de melocotones maduros

300 g de azúcar

2. cucharadas de sirope de agave (esto es opcional)

Zumo de medio  limón

4 frascos de mermelada

Preparación:

Pelamos y cortamos a trozos no muy grandes los melocotones, los ponemos en una cacerola con el azúcar, el sirope y  el zumo de limón,  los mezclamos y los dejamos en maceración mínimo por una hora. Pasado este tiempo, los ponemos a medio fuego, removiéndolos continuamente y los dejamos cocer una hora y cuarto. Se retiran del fuego y se dejan enfriar.

Mientras tanto limpiamos bien los frascos y los hervimos unos 10 minutos para esterilizarlos. Una vez fría nuestra mermelada la ponemos en los frascos y luego le hacemos el vacío para su mejor conservación,  hervimos los frascos bien tapados por unos minutos, los bajamos del fuego y los dejamos enfriar.  Ya tenemos nuestra mermelada 100% casera, para disfrutar con una rebana de pan… ¡ o  también para rellenar un bizcocho !.

Tarta de queso fresco

El jueves pasado fue el cumpleaños de mi adorado esposo, y para celebrarlo le hice esta tarta de queso, muy fácil de hacer y con muy pocos ingredientes, sin harina de trigo ya que él ahora no toma nada que lleve o que esté hecho de trigo, lo cual aunque a primera vista, se puede pensar que básicamente es pan y bollería, realmente es algo que va mucho más allá, puesto que la harina de trigo está presente en un sinfín de productos, desde la pasta de trigo, hasta otros, donde aparece de forma oculta o complementaria: sopas, espesantes, salchichas, cereales de desayuno, granolas, barritas y hasta embutidos y una larga lista de productos industriales. 

Él lo hace, no por ser celiaco, sino porque descubrió la teoría de William David, un cardiólogo americano, que empezó a aplicar una dieta sin trigo en sus pacientes, para hacer que bajaran de peso y porque muchos de ellos eran ya pre diabéticos, por los altos valores de azúcar en sangre que una dieta con trigo en todas sus formas, desencadena. De forma complementaria, empezó a descubrir que otros beneficios se conseguían al abandonar el trigo en la dieta y mi esposo comenzó a eliminar de su dieta este producto, descubriendo con sorpresa, que desaparecían muchos síntomas y molestias a los que ya se había acostumbrado, lo cierto es que ahora mi marido dice que ya no tienen dolores articulares después de correr y eso que prepara una maratón entrenando prácticamente los siete días de la semana con un alto volumen de kilómetros semanales.

Bueno pues a pesar de eso, siente que ahora tiene más energía, que no experimenta permanentemente una profunda sensación de hambre, que rinde más en muchas facetas de la vida, duerme extraordinariamente bien  y todo ello, según él ¡por no comer trigo!....vaya lío tengo en la cocina ya que a veces tengo que hacer varios menús con y sin trigo y yo sin tiempo, ¡menos mal que ahora tengo mis ollas mágicas... como dice mi hermana Martha!

Si alguien tiene curiosidad por leer algo sobre esta dieta, podéis encontrar una conferencia muy buena en inglés en https://www.youtube.com/watch?v=UbBURnqYVzw y tenéis el blog de su autor con mucha información: www.wheatbellyblog.com

Ahora sí, a lo que voy, a lo más importante que es la receta (la receta original la saqué de este blog) ya que hay varias personas me han preguntado por ella:

 

Ingredientes:

2 tarrinas de queso freso tipo burgos (500 g)

3 huevos grandes

10 cucharadas de azúcar

1 taza de leche

2 cucharadas de maicena

La ralladura de un limón

Para decorar la tarta: frambuesas, mermelada de fresa, azúcar glas y virutas de chocolate (esto es opcional, podéis decorarla como queráis, con fresas o frutos rojos, etc.). Aquí quiero agradecer a Laurita (la hija de mi esposo), por ayudarme con la decoración de esta tarta.

Mezclamos todos los ingredientes en un bol con la ayuda de la batidora hasta que el queso se haya triturado totalmente, como si fuesen unas natillas liquidas, precalentamos el horno y ponemos la mezcla en un molde de 20 cm, yo siempre suelo poner papel para hornear o si tenéis un molde de silicona mucho mejor. y por ultimo  introducimos nuestra tarta en el horno a 180º por unos 40 minutos, o esta que veáis que está hecha al introducir un palillo y este sale limpio.

Es importante dejarla reposar en la nevera para que esté fría y luego la decoramos al gusto de cada uno, o simplemente comerla tal cual, realmente está deliciosa, con una textura muy suave y ese toque del limón que le da un sabor muy especial al paladar y los sentidos.